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Periódico / Nacional

Martes 6 de marzo de 2012

NACIONAL

La oposición de derecha y su Programa económico para el “progreso”

Por Gabriel Bottoni


Con los resultados en caliente de las elecciones primarias -que ya le han dado a la derecha su candidato oficial (Henrique Capriles Radonsky) para competir, el 7 de Octubre, contra Chávez- la coalición de derecha que hace oposición política al gobierno empieza a suspirar soñando con vencer a Chávez.

Para la MUD: frente al “socialismo con empresarios” un “capitalismo sin restricciones”

Contraponer un “capitalismo sin restricciones” al “socialismo con empresarios” de Chávez y su gobierno es en resumidas cuentas el objetivo de la alianza política opositora. En esas palabras se resume su proyecto, aunque, como se encargan de dejar bien claro a lo largo de los “Lineamientos” , la “gradualidad” del proceso será elemento clave en lo táctico.
¿Qué es el capitalismo sin restricciones? Muy sencillo, una vuelta a las líneas gruesas del neoliberalismo que la década de los noventa trajo a Venezuela y América Latina, despertando el enorme rechazo del movimiento de masas. “Libre mercado” y “Estado chico”, sus bases. Esto significa, cero intervención del Estado en la formación de los precios y en la producción, además de una tendencia a la “flexibilización” de las relaciones obrero-patronales. En el sub-capítulo de los “Lineamientos” titulado “Redirigir las prioridades del Estado, nº 379”, desarrollan que no corresponde al Estado intervenir en la formación de precios o en la producción de bienes y servicios. Si esto no es neo-liberalismo, ¿entonces qué?

El imaginario de Fedecámaras, o el falaz mito del “cerco productivo”

Para esgrimir su “capitalismo sin restricciones” la derecha amerita de una operación ideológica que convenza en el campo de la lógica económica burguesa. Esto es, el “cerco productivo”. Según ellos, el Estado intervencionista del gobierno de Chávez es la espina dorsal de las deformaciones estructurales y problemas coyunturales que atraviesa la economía venezolana. Han buscado crear la imagen de una burguesía asfixiada, asechada por el gobierno, que tendría el temor siempre presente de la pérdida de sus propiedades, etc. Con esto nos referimos al “cerco productivo”, expresión usada hasta el cansancio por los gremios burgueses que más concentran al gran capital, Fedecámaras y Conindustria. ¿Cuáles son los ejes “argumentativos” del “cerco productivo”? Uno por uno, los siguientes: los controles de cambio y precios, la “ausencia” de gasto público que estimule la inversión sobre la producción, y el ambiente de “inseguridad” para invertir que supuestamente ha sido creado por las estatizaciones de empresas privadas. Con el bombardeo discursivo de la oposición de derecha sobre este tema a cualquiera le dan ganas de llorar, pues pobre de los señores burgueses que seguro ¡duermen intranquilos todas las noches o no les alcanza el dinero para pagar las cuentas o el colegio de sus hijos! Tanta patraña ideológica da asco.

Nosotros los trabajadores no podemos dar ni un milímetro de credibilidad al discurso de los patrones, pues mientras el 20% más rico se embolsa el 45,6% del ingreso nacional (acaparado por un puñado de propietarios) el 20% más pobre de la sociedad venezolana apenas percibe el 6% de ese mismo producto, aún con el actual gobierno que se auto-amerita el haberle puesto “límites” a la burguesía en su afán de ganancias y alardea de su “redistribucionismo”.
Los capitalistas quieren absoluta libertad cambiaria para disponer sin restricciones del poder de compra en el extranjero. Los beneficios de devaluar el bolívar solo le pertenecen a la burguesía, pues con esa artimaña monetaria buscan depauperar aún más el salario de quienes producimos las riquezas sociales, abaratando el costo de la fuerza trabajo y elevando el precio de sus productos.
Dicen que el control de precios los tiene “hasta el cuello” pues los precios de venta no se ajustan a sus estructuras de costos; la verdad es que este chantaje les ha sido muy útil frente al gobierno, que ante cada presión de los afamados gremios capitalistas, tanto los opositores (Conindustria y Fedecámaras) como los afines al gobierno (Fedeindustrias), por elevar los precios, termina cediendo en mesas de negociación que les asegure a los burgueses “ganancias sin especulación”, como hace poco titulaba el periódico oficialista Correo del Orinoco en su primera página.
Aseguran que en Venezuela hay un clima de “inseguridad jurídica” para invertir por las “constantes” “expropiaciones” que hace el gobierno. Pero no dicen ni pío de las mil millonarias sumas de dinero con que Chávez y su gobierno le aseguraron al Grupo Santander la compra del Banco de Venezuela, o al grupo argentino Techint por Sidor. ¿Ha elevado el Grupo Santander alguna queja, ha demostrado alguna insatisfacción con el negocio transado? No les interesa decir que las expropiaciones –que en realidad no son más que compras de empresas, bien por acuerdo mutuo o por “adquisición forzosa”- se dan el marco de un proyecto tan capitalista como el de ellos, un proyecto que tiene por eje el sostenimiento de la propiedad privada, sólo que con fuerte intervención estatal, para ajustarla al “desarrollo nacional”, más no para abolirla. ¿Por qué el gobierno de Chávez ha gastado dosis monumentales de dinero en estatizar bancos como el que mencionamos? Precisamente para redirigir créditos baratos hacia la inversión privada en actividades productivas, pues al fin y al cabo su objetivo es una burguesía “nacionalista” y “productiva” que tenga cierta “sensibilidad social”.

Tienen la tamaña hipocresía de decir que bajo el actual gobierno no ha habido suficiente estímulo fiscal o crediticio a la inversión privada, discurso que tiene un claro tinte político venido de los sectores más conservadores del gran capital y esgrimido por sus representantes políticos de la MUD, pues no opina lo mismo un Miguel Pérez Abad (presidente de Fedeindustria), tan burgués como Mendoza, pero ferviente militante del PSUV, bastante complacido con las políticas crediticias del gobierno, y que hace poco declaró que en Venezuela “todos los empresarios deberían ser chavistas”.

La falsa benevolencia del “capitalismo sin restricciones”

Los señores de la MUD, además de usar el mito del cerco productivo para justificar la desregulación económica, pretenden hacerle creer al pueblo trabajador y pobre que el “capitalismo sin restricciones”, al eliminar las taras que según ellos entorpecen la productividad, traerá consigo empleos masivos y prosperidad “para todos por igual”. Nada más lejos de la verdad. La desregulación lo que permitirá es que los capitalistas maximicen sus ganancias sin obstáculos medianamente fastidiosos como el control de precios. La clave de los capitalistas para maximizar beneficios es producir con la menor cantidad de trabajadores; para ellos es magnífico poder vender más cara la mercancía sin incrementar el gasto en esa especial mercancía que es el trabajo, es decir, sin subir los salarios o contratar más trabajadores. Serán estos capitalistas que hoy se llenan los bolsillos quienes sencillamente gozarán de mejores condiciones para su acumulación privada. Además, darles completa libertad de acción no acabará con la economía informal o el trabajo precarizado sino todo lo contrario, se traducirá en el aumento de estas lacras del capitalismo que sólo traen degradación de la vida para miles de hombres y mujeres. Tampoco se barrerá el desempleo dentro de la “economía formal” como prometen los bandidos de la MUD.

Veámoslo de esta manera, con la desregulación que propone la MUD, ¿los capitalistas ajustarán nuestras salarios al nivel de la canasta básica, única alternativa para garantizar al pueblo trabajador la satisfacción de sus necesidades elementales, permitiendo elasticidad para el ahorro y otras satisfacciones?; ¿si sus intereses coinciden con los del pueblo trabajador, (como asegura la MUD) entonces al elevar sus ganancias –única propuesta de la oposición de derecha- habrían de estar interesados, por ejemplo, en dividir la jornada laboral entre todos los brazos disponibles en la economía, sin bajar los salarios, y acabar el desempleo?
Por supuesto que no, se cae de maduro, pues siempre rechazarán las grandes demandas sociales que tiendan a afectar la rentabilidad de sus negocios. Por ello es que, si queremos liberarnos del duro sometimiento social al látigo del desempleo y el alto costo de la vida, jamás será por la vía de programas patronales como este, sino luchando por la escala móvil de los salarios y de las horas de trabajo sin reducción salarial. No podemos creer en los discursos demagógicos de la derecha, que aprovecha el desgaste político del gobierno de Chávez con el objetivo de acumular fuerza electoral y ganar en el circo del sufragio burgués. Nosotros, como productores directos de las riquezas, no tenemos nada que buscar en esa lucha de proyectos burgueses, que tienen en común la organización de la sociedad sobre la base de la explotación de las grandes mayorías productivas por una minoría que vive sabroso sin trabajar. Por eso es perentorio organizar nuestras fuerzas sin sujeción política alguna con los dos bandos burgueses en disputa, para que hagamos posible la expropiación de los parásitos capitalistas y organicemos la sociedad sobre el rasero común del trabajo, sin explotadores.





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