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Periódico / Nacional

Lunes 3 de agosto de 2009

DOSSIER: LAS NACIONALIZACIONES: ENTRE LA COMPRA DE “SOBERANÍA” NACIONAL Y EL FRAUDE DEL “DESARROLLO NACIONAL” Y EL “PAGO DE LA DEUDA SOCIAL”

NACIONALIZACIONES A LA MEDIDA DEL CAPITAL TRANSNACIONAL

Por Mario López


Si algo ha servido en los últimos años para la propaganda oficial del gobierno y la izquierda reformista que lo apoya sobre la supuesta “revolución” y el supuesto “socialismo” que se estaría construyendo en el país, son las nacionalizaciones (compras) de empresas que este ha realizado, en su mayoría de capital trasnacional. No solo esto es vendido como realización plena de la soberanía nacional frente al imperialismo, sino además como sinónimo de “economía socialista”. Pero la realidad no da fundamentos serios para esta publicidad oficial, como demostraremos en las notas que conforman este artículo, siendo el caso reciente del Banco de Venezuela una buena muestra para empezar.

“Entera satisfacción” del Grupo Santander (y “excelentes” relaciones con el imperialismo español)

El gobierno acordó en mayo “en los mejores términos y sin ningún conflicto”(1) la compra del 96% de las acciones del Banco de Venezuela al Grupo Santander, el principal grupo bancario imperialista con presencia en América Latina, es decir, uno de los principales succionadores de las riquezas de los países latinoamericanos que, en 2008, le aportaron 2.945 millones de euros en beneficios, el 18,2% del total mundial de beneficios del grupo el año pasado, porcentaje que se elevó a 34% durante el primer trimestre de 2009(2). Esta corporación multinacional –bandera del “milagro” del capitalismo español en el mundo “globalizado”– ha sido una de las pocas que, en medio de quiebras de importantes bancos producto de la “crisis financiera” en desarrollo desde finales de 2007, obtuvo un incremento de 9,4% del beneficio ordinario en 2008, unos 8.876 millones de euros, con un incremento de los ingresos totales de 14,6%, “significativamente por encima del crecimiento de los costes (7,8%)”, elevando así su “ratio de eficiencia” hasta un 41,9% y su margen de explotación creció en un 19,5%(3).

Es así que a este grupo, exponente de lo más clásico y rancio del capitalismo imperialista –la banca–, que cuenta con 90 millones de clientes en 40 países y cuyo desempeño le valió en 2008 ser el tercer banco del mundo según beneficios obtenidos y el séptimo por capitalización bursátil, el gobierno “antiimperialista” y “revolucionario” pagó “soberanamente” la generosa suma de 1.050.000.000 de dólares, equivalente al 75% de lo que inicialmente ofreció al grupo un banquero local, además de permitirle la repatriación de 304,7 millones US$ en beneficios obtenidos en el último período (en suma, se llevan 1.354,7 millones de US$). En nuestro país el Santander poseía hasta entonces el 11,4% de los créditos y 10,8% de los depósitos, con 3,2 millones de clientes, obteniendo un beneficio de 317 millones de euros en 2008 –“un aumento del 89,4% en moneda local”–, con una eficiencia de 40%. Durante el primer trimestre de 2009, la variación positiva del beneficio del grupo en el país fue de 32%. El beneficio obtenido en Venezuela en 2008 significó un 3,6% del total de beneficios a nivel mundial.

El gobierno de Chávez no tiene problema alguno en discursear sobre los males del capitalismo y del imperialismo, al tiempo que pagaba “a precio justo” a este pulpo imperialista que goza de tan buena salud y que tenía intereses minoritarios en el país, que compró el Banco de Venezuela en 1996 por 351 millones US$ después que el Estado salvó al banco de la crisis, y el Banco Caracas por 318 millones US$, multiplicando sus ganancias en más de una década en miles de millones de dólares. Así sería de “satisfactorio” el negocio, como señalaron todos los negociadores, incluido el director general de la División Americana del Santander, Francisco Luzón(4), que el grupo continuará aquí con una sociedad de bolsa de valores, un banco de microcréditos (Bancrecer) y la fundación Universia.

A nadie con un mínimo de seriedad se le puede antojar que esto sea una política antiimperialista, pues no se trata más que de una vulgar y común compra-venta de acciones en buena lid. Mucho más desubicado resulta vender esto como un avance hacia “el socialismo”, pues no solo ocurre que el conjunto de la economía nacional –incluyendo el sector estatal– está regida por la hegemonía de la propiedad privada capitalista y su lógica de funcionamiento y reproducción, sino que con esta compra la banca estatal avanza apenas a abarcar una quinta parte del negocio bancario, aproximadamente, mientras la banca privada continúa con la clara y abrumadora hegemonía en el sector, incluyendo otros pulpos imperialistas como el BBVA, que controla el Provincial, uno de los principales bancos del país.

Por cierto, el caso de la banca es apenas una muestra del muy buen posicionamiento económico del imperialismo español en el país, con el auspicio directo de Chávez, donde cobran relevancia los negocio de Repsol en lo que llama Nicolás Maduro una “alianza estratégica de gran magnitud”(5), con una relaciones que el canciller imperialista Miguel Ángel Moratinos no duda en calificar como “extremadamente fructíferas”(6).

Ahora bien, donde sí encajan estas políticas es en la lógica, utópica y reaccionaria a la vez, de motorizar el desarrollo de un capitalismo nacional “productivo” y “autónomo” sin expulsar al imperialismo del país, sin romper los lazos que subordinan la nación al imperialismo, preservando la propiedad privada capitalista, y fustigando y cercenando cualquier intento serio de la clase trabajadora por sacudirse el yugo del capital, incluyendo el capital imperialista, como veremos más adelante. Esto es lo que se vende como “socialismo del siglo XXI”.

La “nacionalización” del petróleo... (y el caso “curioso” del gas y la petroquímica)

Sin duda, el plato fuerte de la política “nacionalista” del gobierno está en el sector de los hidrocarburos, la principalísima fuente de ingresos de divisas del país; no es casualidad que fuera el intento del gobierno por hacerse con un control más firme de la administración de PDVSA lo que rebasara el vaso de las contradicciones con la reacción burguesa y el imperialismo en 2002 y 2002/2003. El gobierno, una vez vencida la reacción por la acción directa de los trabajadores petroleros y la movilización del pueblo pobre, ha avanzado en lo que llama “plena soberanía petrolera”, donde la “nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco” se vendió como la máxima expresión de esta política “antiimperialista”.

La realidad es que, en primer lugar, la “nacionalización” de la industria ya estaba hecha cuando Chávez llegó al gobierno, desde enero del ’76, cercano el vencimiento de las concesiones a las multinacionales, nace PDVSA como empresa estatal encargada de asumir la rectoría de la actividad petrolera y principal corporación de la industria. No tuvo Chávez que pasar, por ejemplo, por lo que pasó el gobierno de Lázaro Cárdenas en México (1934-1940), que sí debió nacionalizar y soportar el embargo de EE.UU. y Gran Bretaña. Como era de esperar en manos de gobiernos proimperialistas como los del puntofijismo, PDVSA no dejó sin embargo de ser administrada de acuerdo a los dictámenes generales del imperialismo, por eso la pelea que Chávez hubo de librar fue por controlar mejor la administración de la empresa, no por la propiedad.

Lo segundo es que lo que se ha hecho con los Convenios Operativos (PDVSA pagaba a las transnacionales por los “servicios” de exploración y producción, así como a precios altísimos el petróleo extraído) aprobados en los 90’s, es cambiar la figura de prestadores de servicios por la de socios: el Estado, a través de PDVSA, compró a los pulpos petroleros las acciones y bienes para transformar los convenios en empresas mixtas donde PDVSA garantiza la mayoría accionaria (no menos del 60%), dejando el resto a las trasnacionales. En el caso de los Acuerdos de Exploración a Riesgos y Ganancias Compartidas, fue más sencillo, se trató solo de la compra de acciones para modificar la proporción accionaria a favor de PDVSA.

Así pues, a esta plaga imperialista que durante decenas y decenas de años, desde principios del siglo pasado, desangró al país, llenando sus arcas con los dividendos de nuestra principal riqueza natural, dejando a su paso explotación, miseria y opresión política del país por el imperialismo, el gobierno “antiimperialista”, lejos de expulsar y pasarle factura por todo lo que han expoliado del país, “soberanamente” les paga jugosas “indemnizaciones” de miles de millones de dólares y les brinda la condición de socios el negocio petrolero. ¡Los indemnizados son ellos, y además los hacemos socios! Todo un caradurismo el “antiimperialismo” de Chávez.

La otra pata de la política petrolera es el aumento de los impuestos que deben pagar las petroleras, una operación normal en el mundo capitalista, sobre todo entre los países exportadores de petróleo.

En el caso del gas y la petroquímica ya la política es otra, no más a la izquierda sino todo lo contrario, allí el gobierno no está innovando nada con relación a los gobiernos del puntofijismo: apertura a las transnacionales para que sean socias hasta con 50% del negocio petroquímico con contratos a decenas de años y creación de zonas especiales con “exoneraciones de impuestos, incentivos fiscales y aduanales, y asistencia crediticia”(7), y hasta con un 60% y 70% en el caso del gas(8).

Notas

1 Declaraciones de Chávez, quien además elogió “la actitud” del imperialista gobierno español ante la negociación por “no caer en provocaciones de cierta prensa”. El Nacional, 22-05-09.

2 Información oficial de la página del grupo empresarial: www.santander.com.

3 Ídem.

4 “Grupo Santander satisfecho con venta de su filial en Venezuela”, en www.telesurtv.net.

5 Nicolás Maduro, ministro de Relaciones Exteriores. El Mundo, Economía&Negocios, 29-07-09.

6 Además del Santander y el BBVA en la banca, otros tentáculos del imperialismo español gozan de buena salud en el país, como Telefónica (Movistar) –transnacional a la que sus negocios en América Latina aportaron el 40% de sus ingresos del primer semestre de este año (“Telefónica se sostiene gracias a Latinoamérica”, El Mundo, Economía y Negocios, 31-07-09)– y Repsol. Recién acaba de terminar una “visita” del canciller del Estado Español a Venezuela con una comitiva de quince organizaciones empresariales para revisar y finiquitar negocios millonarios en el área energética, eléctrica, ferroviaria, de transporte, construcción, telecomunicaciones, por lo que Moratinos no dudó en calificarla como una visita “extremadamente fructífera” (“Canciller español cerró millonarios acuerdos en su visita a Venezuela”, El Mundo, E&N, 30-07-09).

7 “Ley petroquímica creará zonas especiales para atraer socios”, El Mundo, E&N, 17-06-09.

8 Repsol (Estado Español) y Teikoku Oil (Japón) tienen concesiones de exploración y explotación del gas a 20 años, con 60% y 70% de acciones, respectivamente, en empresas mixtas con PDVSA.

NOTA:

Ver el resto de los artículos del DOSSIER: LAS NACIONALIZACIONES: ENTRE LA COMPRA DE “SOBERANÍA” NACIONAL Y EL FRAUDE DEL “DESARROLLO NACIONAL” Y EL “PAGO DE LA DEUDA SOCIAL” en este mismo periódico





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