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Periódico / Debate

Miércoles 16 de junio de 2010

LOS VAIVENES EN LAS ALIANZAS DE ORLANDO CHIRINO Y LA USI

El oportunismo impotente de una organización sin estrategia revolucionaria

por Ángel Arias y Milton D’ León


En diversas oportunidades hemos discutido con los compañeros que hoy se agrupan en la Unidad Socialista de Izquierda (USI) –cuyo principal referente es Orlando Chirino, y que hacen parte, junto a Izquierda Socialista (IS) de Argentina, de la agrupación internacional UIT (Unidad Internacional de los Trabajadores)–, sobre su renuncia a la lucha por la independencia política de la clase obrera, tanto en su subordinación al chavismo hasta 2007, como con sus alianzas con burócratas sindicales neoliberales y de derecha en el último período (y en los últimos días ha sellado alianza electoral con el PPT, un partido de neto carácter burgués). Si no fuera porque los compañeros pretenden hablar ante los trabajadores y la juventud en nombre del “clasismo” y del marxismo revolucionario, el trotskismo, no haría falta insistir en estas cuestiones.

Unidad de acción para defender las conquistas obreras, ¿o capitulación a aparatos sindicales proburgueses?

En un foro en la Universidad Central de Venezuela junto a una agrupación oriunda del bloque de la oposición burguesa con quien la USI viene tejiendo alianza política [1], Orlando Chirino planteó que su grupo tiene “derecho” a juntarse “con cualquiera que esté por defender las libertades democráticas y los derechos de los trabajadores”. Pero esta afirmación, que en términos generales puede ser correcta, esconde una política oportunista de los compañeros de la USI que intentan presentar como parte de una política obrera revolucionaria. Veamos.

Hay cuestiones del abc de la política marxista revolucionaria que la USI “ignora” por completo al hacer su política. El más elemental es el que refiere al carácter de clase de las formaciones políticas y sociales (partidos, Estados, etc.), a partir del cual los revolucionarios proletarios definimos la actitud a tener, pues nuestro objetivo es la destrucción de la sociedad burguesa, y por tanto se guarda la más celosa independencia política y organizativa frente a las variantes políticas que buscan preservarla. De no ser así, se desarma a los trabajadores, lo que permite consolidar al bloque enemigo, pues tal como señalaba Trotsky, “Es preciso enseñarles [a los trabajadores] a desconfiar de las agencias pequeño burguesas del capital. Es preciso enseñarles a no fiarse más que de ellos mismos. Es preciso ligarlos indisolublemente a su propia suerte” [2] .

Por eso, una cosa es la unidad de acción específica, concreta, con estas corrientes y dirigentes en aras de movilizar a la clase obrera para defender sus conquistas, sin que eso implique ningún acuerdo político de otro tipo con esas corrientes ni atar de manos a los revolucionarios sobre las críticas a la orientación proburguesa de las mismas, y otra cosa es proponerse acuerdos programáticos y callarse la boca sobre el carácter reaccionario de estos dirigentes… y lo que es peor aún, sin avanzar en la movilización concreta para defender a la clase obrera. Aquí está la importante diferencia entre lo que Lenin llamaba “golpear juntos, marchar separados”, y lo que es una política oportunista en el terreno sindical.

En sus comunicados públicos se afirma que “esta plataforma (Solidaridad Laboral) se genera por la necesidad de unirnos, de encontrar maneras de luchar todos sin importar la tendencia política” y que se postula como “una alternativa sindical y sociopolítica (…) que se propone construir un nuevo camino y una nueva propuesta para la defensa y el avance de los trabajadores (as)” [3]. Para Trotsky, en línea con la táctica leninista, la cuestión era: “¡Ninguna plataforma común con la socialdemocracia o los dirigentes de los sindicatos alemanes, ninguna publicación, ninguna bandera, ningún cartel común! ¡Marchar separados, golpear juntos! ¡Ponerse de acuerdo únicamente sobre la manera de golpear, sobre quién y cuándo golpear! Uno puede ponerse de acuerdo con el diablo, con su abuela… Con la única condición de no atarse las manos” [4].

Sin embargo, totalmente a contramano de cómo Lenin y Trotsky plantean la cuestión, la USI se propone ¡construir una “alternativa sociopolítica”, una “plataforma común”, un “nuevo camino”, “sin importar la tendencia política” con sindicalistas neoliberales y defensores férreos de la propiedad privada burguesa y terrateniente, cuando no directamente golpistas proimperialistas! Dos “botones” sobre los integrantes de esta “alternativa sociopolítica”: Carlos “El Chino” Navarro, directivo copeyano de la CTV y aliado del gobierno neoliberal y represor de Caldera en los 90’s, a favor de las privatizaciones y la flexibilización laboral, así como artífice del desmontaje de la retroactividad de las prestaciones sociales desde la “Tripartita”; Froilán Barrios, también burócrata de la CTV, partícipe del golpe de abril del 2002, quien defiende a los empresarios y terratenientes de los “atropellos ejecutados contra el sector privado; de invasión de haciendas en producción, de toma de fábricas…” [5], sí, esos mismos terratenientes y empresarios que pagan sicarios para asesinar campesinos sin tierra o dirigentes sindicales [6].

Sindicalismo oportunista e impotente en nombre de un supuesto “frente único”

Por ahora, los acuerdos programáticos de la USI con estos representantes de la burguesía opositora en el movimiento obrero no cuajaron, aunque continúan sus ruedas de prensa conjuntas, llamados a “seminarios políticos”. Algunos de los integrantes de la USI intentan justificar semejante política con la idea del “frente único” (FU). Pero este intento de justificación no puede sino cazar incautos, pues en nada tiene que ver esta política con la táctica revolucionaria del frente único obrero.

Es una obviedad que si entre los trabajadores no hubiese distintas capas, sectores, ideologías y aparatos políticos, no tendría sentido plantearse la táctica del frente único obrero, más aún, si no existiesen en la clase organizaciones centristas, reformistas, proburguesas, sería una tarea sencilla para el partido revolucionario agrupar tras de sí al conjunto de la clase, y sería superfluo pensar en un FU. El FU es entonces a la vez una necesidad de la clase y una táctica: una necesidad para sumar fuerzas como clase para la defensa de sus conquistas (democráticas o económicas), y una táctica para ganar mayor influencia entre la clase, precisamente combatiendo a los agentes –conscientes o inconscientes– de la burguesía en su seno. Es una táctica subordinada a la política de crear alas revolucionarias con conciencia de clase al interior de los sindicatos y el movimiento obrero en su conjunto, combatiendo sus propias direcciones reformistas y proburguesas.

Por eso el FU puede implicar la unidad de acción con los dirigentes reformistas y proburgueses de la clase obrera con el objetivo de lograr avances en la acción y movilización de las masas obreras, para que al calor de la intervención común en la lucha la clase obrera no solo derrote los planes patronales o gubernamentales, sino también haga la experiencia política con sus propios dirigentes y ganarlas para las posiciones revolucionarias. La cuestión es que la clase trabajadora “puede ser ganada en la arena del movimiento sindical solo si se enfrentan el punto de vista y los métodos revolucionarios con los de los reformistas en el terreno de la acción de masas, preservando al mismo tiempo el más alto grado posible de unidad en la acción” [7].

No puede haber confusión al respecto, en todo momento la táctica del FU apunta a una unidad de acción entre distintas corrientes y capas de los trabajadores y trabajadoras para la defensa de ciertas conquistas, con el objetivo inseparable de acelerar la experiencia de las bases obreras con sus propios dirigentes reformistas. Lo que la USI nos quiere hacer pasar como “frente único” no tiene nada que ver con esto, y por eso no ha servido ni para una cosa ni para la otra.

Una serie de cuestiones claves hoy para la clase obrera pueden servir de indicadores al respecto: la imposición de los contratos colectivos en petróleo y electricidad a la medida del antojo del gobierno; la instalación de los “cuerpos combatientes” en SIDOR, PDVSA, y demás empresas básicas; la impunidad en el asesinato de dirigentes obreros; la criminalización y el encarcelamiento de dirigentes obreros. En cada caso ha pasado la política oficial sin que la “alternativa sindical y sociopolítica” que dice contar en su seno con decenas de federaciones sindicales y sindicatos de base en todo el país haya llevado a cabo una sola lucha seria en algún lugar, alguna acción concreta y contundente… a no ser ¡ruedas de prensa! Ni una sola marcha importante, ni una sola huelga simultánea, ni un solo gran fondo de huelga, ni un solo plan de lucha y movilización nacional, ni nada en serio, para ganar la libertad del dirigente ferrominero Rubén González, para defender un contrato justo en petróleo y electricidad, o luchar contra la conformación de los “cuerpos combatientes” de las fábricas estatales. ¡Un verdadero “frente único de ruedas de prensa”!

Tampoco hay la más mínima intención de combatir entre la clase obrera a estos representantes de la burguesía. Si ya es un mandato de la política revolucionaria combatir a los reformistas, ¡ni qué hablar de estos declarados políticos de la burguesía que están en “Solidaridad Laboral”! Es que en un verdadero frente único, las diferencias estratégicas, programáticas y políticas con los agentes de la burguesía en el movimiento obrero no se ponen en el congelador ni se borran de un plumazo, pero el oportunismo de la USI la lleva a callarse la boca por completo sobre el pasado y el presente de sus aliados “sindicales” o “sociopolíticos” de la derecha reaccionaria, e intenta cubrirse la espalda con declaraciones generales correctas contra la oposición burguesa [8]. Esto es un saludo a la bandera, pues no se trata de denunciar a “los patrones”, “los empresarios” o “la oposición proyanqui” en general, ¡sin desenmascarar a sus agentes en las propias organizaciones obreras, los sindicatos y espacios de lucha!

La USI llega al extremo del oportunismo sindicalista al pretender “combatir” en declaraciones a los partidos de la oposición burguesa pero no a sus dirigentes orgánicos en los sindicatos. En el movimiento obrero no es sólo directamente la burguesía quien moldea a la clase para aceptar el sistema capitalista sino también sus agentes entre los trabajadores, la burocracia sindical que está al frente de las organizaciones obreras y la vida cotidiana de la clase, que dirige sus luchas, las limita, las derrota, moldea sus aspiraciones, etc., y por tanto es elemental de una política genuinamente revolucionaria combatir al sistema capitalista, sus proyectos y sus dirigentes justamente en las fábricas, en los propios lugares de trabajo, en los volantes, en la prensa obrera, en las asambleas, en los actos, en la televisión, sino, ¿cómo es que arrancaremos a las masas obreras de la influencia de la burguesía? La USI se limita ahora a denunciar a las corrientes sindicales del chavismo, hasta hace poco aliadas suyas, pero se olvida de la otra ala de la burocracia sindical opositora en aras de construir “plataformas sociopolíticas”. ¿Acaso supone la USI que el “combate” contra el capitalismo puede reducirse a la denuncia ideológica o propagandística en general sin combatir a los propios aparatos y dirigentes contrarrevolucionarios que este tiene al frente de los trabajadores?

Es tan genuflexa esta política que bastaría con reconocer que si la USI fuera coherente y seria con la idea de juntarse con quienes quieran defender los derechos democráticos, uno de los primeros puntos de un acuerdo debería ser la movilización y lucha por el juicio y cárcel para los terratenientes y empresarios que pagan sicarios para asesinar campesinos y trabajadores, pero esto no entra en los “acuerdos” porque tal punto básico molestaría a sus aliados, quienes ¡ni siquiera una rueda de prensa darían bajo tal consigna! La USI hace el papelón porque no solo es que su supuesto “frente único” no conduce a la movilización y la acción a la clase obrera, sino que para poder mantener la “unidad” con sus aliados, conscientemente corta la realidad nacional de tal manera que en las declaraciones de Solidaridad Laboral la centralidad la tienen las denuncias a los ataques del gobierno a la clase obrera, más no los ataques de los empresarios privados, pues sus aliados sindicalistas de la oposición empresarial solo “defienden” a los trabajadores frente al gobierno, más no frente a los capitalistas privados… a quienes “defienden” de los “ataques del gobierno a la propiedad privada”.

La “plataforma” Solidaridad Laboral, que cuenta con miles de afiliados en los sindicatos que dirige es “incapaz” de mover seriamente un dedo para la acción combativa de clase: no puede garantizar siquiera un par de cientos de trabajadores en una movilización (12 de marzo en Maracay), ni levantar consignas democráticas elementales, ¡ni aún un acto conjunto por el Día internacional de los Trabajadores, porque buena parte de sus referentes hacen parte de las marchas de la oposición empresarial del 1º de Mayo!

Estamos ante la presencia de una política que no permite defenderse efectivamente del gobierno ni del sicariato patronal que asesina dirigentes obreros, y menos aún ganar influencia sobre las bases de las organizaciones obreras de masas. Es así que la propia USI también se muestra completamente impotente y con un alejamiento cada vez mayor de las bases obreras que “dirige” en los sindicatos, porque a su renuncia a bregar por la coordinación de las luchas y la autoorganización obrera, suma esta política de extrañas alianzas sin ningún provecho práctico para la clase obrera, que no puede entusiasmar seriamente a los cientos (quizás miles) de trabajadores y trabajadoras que comienzan a hacer su experiencia política con Chávez.

El oportunismo electoralista: la alianza electoral con un partido oficialista que se ha ido del gobierno, el PPT

La otra cara de la misma moneda se refleja en el campo electoral. No ha dejado de causar asombro el acuerdo electoral de la USI con el partido Patria Para Todos (PPT), recién salido de la coalición chavista, a través de cuya tarjeta podrán presentar candidatos en las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre. Ya habían asombrado cuado llamaron a “reventar las urnas por los 10 millones de votos” por Chávez en la alianza con la UPV de Lina Ron, cuyo lema era “con Chávez todo, sin Chávez nada”, en las elecciones del 2006. Pero el PPT no solo hizo un acuerdo con el agrupamiento de Chirino, sino con una amplia gama de personalidades políticas de ideologías tan contrapuestas como disímiles. Un 60% de los puestos de la lista lo integran gente que no pertenecen al PPT y un 40% de su propio agrupamiento a nivel nacional. ¿Pero a qué se debe semejante “bondad” del PPT?

El PPT es un partido que ha venido cogobernando el país con Chávez durante todos estos largos años, votando todas y cada una de las leyes reaccionarias sobre las cuales se sustenta su gobierno, tanto las antiobreras, las del endeudamiento externo e interno, como las de la entrega a las transnacionales imperialistas en el sector petrolero, entre otras. No por casualidad el jefe del PPT venía ocupando la Vicepresidencia de la Asamblea Nacional en los dos últimos períodos. Este partido le ha aportado importantes dirigentes para su aparato de gobierno habiendo llegado a ser uno de los grupos más poderosos dentro de la administración Chávez, sabiendo tener posiciones claves, incluyendo el ministerio de Energía y Petróleo, liderazgo en PDVSA, los ministerios del Trabajo y de Educación, embajador en Washington, y altos funcionarios del PPT tuvieron gran influencia en los Ministerios de Planificación y Finanzas. En esas épocas hasta fueron denunciados por presuntos negocios turbios en la rama petrolera.

El PPT tiene el “orgullo” de contar en sus filas con reconocidos terratenientes, como el ex Gobernador de Guárico, Eduardo Manuitt, responsable y acusado de aupar “grupos de exterminio” (policías que secuestran y asesinan como mecanismo de “limpieza social”), malversación de fondos y violador de los derechos humanos. Ya a mediados de junio de 2005 una Comisión de la Asamblea Nacional, sobre una acusación de 170 crímenes, llega a la siguiente conclusión: "se evidencia la participación directa del ciudadano Gobernador Eduardo Manuitt en la comisión de actos violatorios de los Derechos Humanos", y ante las abrumadoras pruebas y evidencia la comisión establece: "Que existe por parte del ciudadano Eduardo Manuitt, responsabilidad política" [9]. Como en su momento las relaciones con el PPT corrían de bien con Chávez, el nombre del delincuente político y empresarial fue limpiado, más adelante, cuando los problemas vendrían a tensionarse con Chávez también por repartijas de poder, fue nuevamente acusado de malversación de fondos y actualmente es prófugo. En fin, un partido de claro carácter burgués y que supo beneficiarse de la corrupción estatal. Tanto es así que hasta hace tan poco la USI opinaba lo siguiente sobre sus ahora aliados: “Por todo lo anterior es que afirmamos que ni el PSUV ni los partidos de la burguesía opositora son opción para los trabajadores y el pueblo, como tampoco lo son los candidatos del PPT… que se lanzan sin apoyo gubernamental, ya que esos partidos han avalado la política de colaboración de clases del gobierno y la gestión de los gobernadores y alcaldes corruptos” [10].

Pero cuando se fundara el PSUV comenzó la sangría y desgracia del PPT con contingentes importantes de sus altos funcionarios que se integraron directamente al PSUV, y ha venido sufriendo más rupturas recientes de dirigentes que se han ido al partido de Chávez. Dentro de este marco, y su enflaquecimiento, el PPT “dejó” el gobierno cuando el PSUV no les reconoció su cuota parlamentaria de cara a las elecciones de septiembre y por no llegar a acuerdos en el reparto del poder [11]. El asunto se “agravó” cuando a manera de chantaje y ya sintiendo su desplazamiento, el PPT aceptara en su seno al gobernador Henri Falcón, que en un momento se autodenominara un "chavista light", y que desde febrero renunciara al PSUV también por desavenencias en las cúpulas del poder.

El PPT es un partido desgarrado, en completa crisis, sin capacidad de cubrir incluso con su propia gente las listas a diputados para las venideras elecciones, de allí tanta “bondad” de este partido que en su aprieto lo ha llevado a abrir su lista electoral a personalidades de todas las ideologías bajo el argumento de “crear una tercera opción”. Es lamentable el papel de Chirinos, de Bodas y de la USI que entran en el juego de las maniobras que están en las pugnas de aparato del PPT, cayendo en un oportunismo electoral y en una alianza frentepopulista, opuesta a la independencia de clase, en la que arrastran a los trabajadores tras partidos patronales, en lugar de colocarse realmente a la vanguardia de las luchas obreras y populares, y lanzar sí candidaturas obreras en donde las fuerzas lo permitan, sin ninguna ligazón con aparatos burgueses.

El argumento leguleyo que ya esbozan algunos integrantes de la USI es que el PPT les “cede” su legalidad como partido para que ellos presenten sus candidatos. Esto no es más que una pose para justificar una política vergonzosa. Es necesario aclarar en este sentido que entre partidos que se reivindican de la clase obrera, cuando se carece de legalidad, se estila ceder democráticamente la legalidad para que algún otro candidato de una organización que no tenga tal legalidad se presente. Se trata de acuerdos considerados tácticos entre organizaciones de la clase. Pero de allí a hacerlo con partidos de sectores de la burguesía, y que han venido votando todas las leyes del gobierno, que han cogobernado el país y que por maniobras políticas y producto de sus crisis abren su legalidad no expresa más que el oportunismo político más aberrante.

Peor aún que eso, no solo llaman a votar a sus candidatos a través de este partido, sino a todos los candidatos de la tarjeta del mismo, pues llaman “a enterrar la falsa polarización electoral y que levantemos una alternativa de los trabajadores y el pueblo… llamando a votar por la tarjeta del PPT y los candidatos independientes” [12] ¡Los dirigentes de la USI que denuncian la política económica, criminalizadora y represiva del gobierno, se presentan como candidatos en la tarjeta de un partido que ha sido parte de toda esa política… y además llaman a votar a todos los candidatos de tal partido!

Una permanente renuncia a la lucha por la independencia de clase, una ausencia total de estrategia revolucionaria

La consecuencia política de mayor envergadura de estos vaivenes de la USI, secundados por su corriente internacional, la UIT, es la permanente renuncia a la lucha por la independencia de clase y a la construcción del partido obrero revolucionario, aspectos vitales de la estrategia revolucionaria. Es sabido que la lucha por los más altos niveles de independencia política del proletariado respecto de las demás clases de la sociedad y sus proyectos reviste la más alta importancia, pues sin esta independencia es imposible que la clase obrera pueda jugar un papel revolucionario en la lucha de clases, que es el objetivo de toda la actuación de los revolucionarios. Es una lucha ligada indisolublemente a la construcción de un fuerte un partido obrero revolucionario que sea capaz de llevar a la victoria de la revolución proletaria, pues este no podrá construirse sin arrancarle las masas proletarias a los demás partidos y agrupaciones proburguesas, lo que es imposible si la clase obrera no conquista su independencia política.

Así, la orientación de la UIT acá en Venezuela, no tiene nada que envidiar a la que lleva adelante el MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores) argentino –grupo hermano de los ultra chavistas de “Marea Socialista” dentro del PSUV–, organización con la que rompieron en dicho país y a la que acusan de “oportunista” precisamente porque propone un acuerdo con la centroizquierda burguesa de Proyecto Sur, de Pino Solanas.

Todo este cuadro nos presenta un giro a derecha de una organización que se pretende trotskista, pero que en realidad lo que hace es continuar su camino oportunista, cada vez más alejado de la estrategia revolucionaria, pues la lucha por la independencia de clase y por la construcción de un partido obrero revolucionario siempre queda para después, acoplándose un día con el chavismo para “acompañar a las masas”, otro día con burócratas sindicales neoliberales, otro día presentando candidatos en las listas de partidos patronales, sin combatir la influencia de cada cual en cada momento entre los propios trabajadores.

[1El grupo llamado “Paso a la Nueva Democracia”, un rejunte de escuálidos “democráticos”, buena parte salida hace apenas unos pocos años de Bandera Roja, y que tuvieron participación activa en el golpe de 2002 y demás movilizaciones de la oposición burguesa, incluyendo los últimos años las “manitos blancas” que defienden la propiedad capitalista y la “libertad de prensa” de los monopolios privados de la comunicación.

[2León Trotsky, “¿Es posible la victoria?” en “La Revolución Española (1930-1940)”, Volumen II, Pág. 101, Editorial Fontanella, Barcelona, España.

[3Tomado de www.laclase.info, página de información y opinión impulsada por la USI.

[4León Trotsky, “Carta a un obrero comunista alemán, miembro del partido comunista alemán” en “La lucha contra el fascismo en Alemania (1933)”. Versión electrónica publicada en www.ceip.org.ar

[5www.analítica.com, Froilán Barrios, 8/4/2009

[6Para una lectura más detallada de las posiciones de estos dirigentes y nuestra crítica, ver “‘Movimiento Solidaridad Laboral”: un embauque contra los trabajadores”, En Clave Obrera Nº 22, en http://www.lts.org.ve/spip.php?article231.

[7León Trotsky, Las tácticas del Frente Único, Ediciones Cepe, Buenos Aires, 1973, pp. 18-19.

[8Ver por ejemplo: www.laclase.info, 23/04/2010: “El 29 de abril los trabajadores nos concentraremos en Caracas para conmemorar el día de los trabajadores”. Actividad que no se llevó a cabo, como tampoco el Acto del 1º de Mayo en Maracay, ambos suspendidos sin explicación alguna.

[9Informe de la Comisión de Derechos Humanos en el Estado Guárico, Asamblea Nacional, Caracas, Junio 2005. (Páginas 108-117)

[10Manifiesto de la Unidad Socialista de Izquierda ante las elecciones regionales del 23 de noviembre. www.laclase.info 22/11/2008.

[11Se trata de lo que hasta hace poco la USI calificaba como “conflictos interburocráticos”. www.laclase.info 25/03/2010.

[12“La agenda de los trabajadores para la Asamblea Nacional” 01/06/2010, en www.laclase.info.






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